NO DEJANDO DE CONGREGARNOS

NO DEJANDO DE CONGREGARNOS

Hebreos 10:23-25. (Lenguaje sencillo)

Sigamos confiando en que Dios nos salvará, y no dudemos ni un momento, porque él cumplirá lo que prometió. Tratemos de ayudarnos unos a otros, y de amarnos y hacer lo bueno. No dejemos de reunirnos, como hacen algunos. Al contrario, animémonos cada vez más a seguir confiando en Dios, y más aún cuando ya vemos que se acerca el día en que el Señor juzgará a todo el mundo.

Es maravilloso lo que ocurre cuando su pueblo se congrega (reúne) en un mismo Espíritu y en un mismo sentir…”Adorar al Rey de reyes y Señor de señores y reconocer su soberanía en nuestras vidas, reconocer sus atributos y dar gracias por las maravillosas obras que él hace en y con nuestras vidas”, cosas extraordinarias comienzan a suceder, todo lo que no podemos en nuestras fuerzas, en las de Él se hacen posibles. Por estos días he aprendido que cosas sucederán si oras, si decides accionar conforme a sus diseños, a sus estrategias, no conforme a los rudimentos de este mundo sino a los de Él…los cambios vienen cuando decides, determinas poner tu fe en acción.

Así también ocurre lo contrario cuando osamos y dejamos de congregarnos.

La vida de un verdadero cristiano nunca será la misma…tú decides extender el reino de Dios o dejar que las tinieblas sigan ocupando el lugar que le pertenece a nuestro Rey, lo cierto es que si decides obrar en Luz, tu respaldo es y será su Santo Espíritu.

Congregarse es un mandato que el Señor nos legó, su sabiduría eterna nos moldea, él sabe lo peligroso que resulta esta acción… dejar de congregarnos. Un pensamiento sutil de las tinieblas termina por sacarte del lugar correcto, del tiempo correcto durante el cual recibirás alguna respuesta, alguna corrección, saldrá alguna estructura torcida, etc.; es más, algunos creen que nada sucede en estos tiempos pero su palabra dice en Eclesiales 11:5 Como tú no sabes cuál es el camino del viento, o cómo crecen los huesos en el vientre de la mujer encinta, así ignoras la obra de Dios, el cual hace todas las cosas.

No sabemos exactamente lo que él hace cuando nos congregamos pero de que hace…hace, así como no podemos ver lo que está ocurriendo dentro en una mujer que está embarazada, pero luego vemos la obra terminada, perfecta, así también Dios completa la buena obra, él es fiel en completarla…tú eres su mejor obra.

Y es que esto es un mandato y los que decimos que amamos al Señor debemos obedecer sus mandamientos.

No dejes de congregarte, aviva el fuego del don que hay en ti, avanza hacia lo que el Señor tiene preparado para ti, juntos nos gozaremos y alegraremos en el éxito y las victorias que Dios le de a tu vida…tu bendición es nuestra bendición y esto se celebra con gran júbilo.