Tuesday, December 9, 2008

¿A dónde debo ir en busca de consejo?



Existe un gran número de pasajes animándonos a buscar el consejo sabio, incluyendo Proverbios 11:14 y Proverbios 15:22. Sin embargo, hay un balance en recibir consejo, y Proverbios 14:15 nos advierte en contra de creer todo el consejo que recibimos.




Comparando estos versículos, creemos que las Escrituras enseñan que debemos buscar consejo pero que también debemos sopesar todo el consejo que recibimos de acuerdo a la Palabra de Dios y a la dirección de Dios para nuestras vidas.Dios nos dice que pidamos consejo antes de tomar decisiones económicas importantes. El propósito de buscar consejo es obtener ideas y sugerencias que nos puedan ayudar a tomar decisiones sabias.




¿Ha tomado usted alguna vez una mala decisión financiera que no hubiera tomado si le hubiera pedido consejo a alguien? Yo sí. La Biblia está llena de versículos que nos animan a pedir consejo. Salomón, el rey más sabio que ha existido, escribió en Proverbios 19.20 «Escucha el consejo y acepta la corrección, para que seas sabio en tu vejez». En Proverbios 12.15 dijo: «El camino del necio es derecho en su opinión; mas el que obedece al consejo es sabio».

Existen dos actitudes típicas que nos impiden buscar consejo. La primera actitud es el orgullo. Es la persona que cree que no necesita ayuda de otros. La segunda es la de terquedad. A veces no pedimos consejo porque no queremos enterarnos de que no deberíamos hacer algo que ya hemos decidido hacer.

Hay tres fuentes en las que debemos buscar consejo: Primero, de la Palabra de Dios; segundo, de nuestra esposa y otras personas sabias; y tercero, del Señor mismo en oración. En primer lugar, entonces, deberíamos consultar la Palabra de Dios. El Salmo 119.24 dice: «Tus testimonios son mis delicias y mis consejeros». La Biblia nos dice que «La Palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos... y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón». (Hebreos 4.12). La Biblia contiene la santa voluntad de Dios no solo para nuestra vida sino para todas las generaciones. Sus verdades son eternas.Si las Escrituras responden a mi pregunta, ya no tengo que buscar más, porque contiene la voluntad revelada del Señor. Si la Biblia no menciona un asunto concreto, entonces debo acudir a la segunda fuente de consejo: mi esposa y otras personas piadosas que saben cómo aplicar los principios de la Palabra de Dios. El Salmo 37 dice: «La boca del justo expresará sabiduría… La ley de su Dios está en su corazón». (Salmo 37.30-31).

Si usted está casado, la primera persona a quien tiene que consultar es a su pareja. Marido y mujer son uno, y se necesitan el uno al otro para tomar las mejores decisiones. Muchas veces el Señor comunica Su voluntad más claramente por medio de la esposa porque Dios la diseñó para que fuera ayuda idónea. Ella muchas veces tiene una relación más fuerte con nuestro Padre celestial.Marido, permíteme hablarle claro. Usted tiene que pedirle consejo a su esposa. Esa es una forma de honrarla y de permitirle que cumpla con el diseño de Dios para su vida. Pedirle consejo a su esposa también ayuda a conservar las buenas relaciones, porque ambos sufrirán las consecuencias de la decisión. Ya hemos hablado de cómo obtener consejo de la Biblia y de otras personas que nos rodean.

Sin embargo, también existe una forma adicional de consultar al Señor. En Isaías 9.6 uno de los nombres del Señor es «Admirable Consejero». El Señor nos dice en el Salmo 32.8, «Te haré entender y te enseñaré el camino en que debes andar» (Salmo 32.8).La forma de obtener el consejo del Señor es orar y escuchar. Dígale al Señor que necesita dirección. A través de la Biblia se nos invita a esperar en el Señor. Si usted tiene prisa, o se siente confuso con respecto a una decisión, vaya a un lugar tranquilo donde pueda escuchar en oración la voz del Señor en lo profundo de su corazón. Espere Su orientación.También se nos advierte que evitemos el consejo de los malvados. Salmo 1.1 dice: «Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos».



Y la Biblia nos dice sin rodeos que nunca les pidamos consejo a los adivinos, médium, clarividentes o espiritistas. Levítico 19.31 dice: «No os volváis a los encantadores ni a los adivinos; no los consultéis, contaminándoos con ellos. Yo Jehová vuestro Dios» (Levítico 19:31). Tampoco debemos usar jamás ningún método de los que usan para predecir el futuro, tales como los horóscopos o cualquier otra práctica ocultista.Recuerde, entonces: para tomar buenas decisiones financieras necesitamos el consejo de la Palabra de Dios, de nuestra esposa, de personas sabias, y del Señor mismo en oración.

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